martes, 20 de mayo de 2014

Micro crítica: Tomates verdes fritos




Antes de empezar con la crítica en sí, me gustaría que me permitieran hacer un inciso. Una triste realidad que me he dado cuenta al ver por tercera (o cuarta) vez esta maravilla. Ya no hay más películas como esta.

Tomates verdes fritos no es de esta década (1991) , pero creo que es imprescindible para cualquier persona que ame el cine.

La película comienza cuando una mujer llamada Evelyn (Kathy Bates, nominada tres veces al Óscar y finalmente galardonada por Misery) conoce a una anciana llamada Ninny (Jessica Tandy, ganadora del Óscar a la mejor actriz por Paseando a Miss Daisy) en un asilo. Ninny es la mujer más agradable que podríamos conocer . De sus labios escuchamos la historia principal, la cual se enlaza con otras. 

Todos tenemos una historia, pero a veces da la casualidad de que compartimos una misma con otras personas.


La película se centra en la relación entre dos mujeres (Idgie y Ruth) desde que se conocen hasta el fin de sus días. Ambas luchan por un mundo mejor y más justo; una historia inteligente sobre los prejuicios de la época, muy emotiva pero sin caer en sensiblerías. Toca temas como el racismo, el maltrato, el amor, la amistad y la muerte (entre muchos otros).

Precisamente Evelyn conoce a la anciana cuando se encuentra en plena crisis personal, por lo que en cierto modo van a entablar una amistad tan especial que va a conseguir sacar lo mejor de sí misma. Aquí es donde quería yo llegar, ¿qué la hace tan especial? El mensaje que transmite. Es muy importante (o por lo menos para mi) que tanto una película como podría ser un libro me aporten algo, que me den una especie de lección moral. El mensaje de esta película es muy obvio: cómo las experiencias vividas por otras personas nos pueden aportar riqueza a la nuestra.

Tomates verdes fritos es apta para todos los públicos, pero con un guiño en especial para el género femenino. Hay ciertas películas que te hacen sentir bien y esta es una de ellas.

Idgie (Mary Stuart Masterson) y Ruth (Mary-Louise Parker)

Quería elogiar el trabajo de las guionistas (Fannie Flagg, autora de esta obra; y Carol Sobieski) que han dejado frases tan épicas como: 'No se quiere sentar junto a un negro, pero se come los huevos que salen del culo de una gallina', entre otras. 

No quiero olvidarme de destacar el increíble trabajo del reparto. No se le puede sacar quejas a ninguno de los actores. Cada uno de ellos hacen que su personaje llegue hasta lo más alto. La interpretación roza lo sublime.

¿Por qué la recomiendo? Aparte de la lección que nos enseña, si tiene algo de especial esta película es su magia. Y es que es inolvidable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario